viernes, 6 de septiembre de 2013

LA FÁBULA

LA FÁBULA
 
 
La fábula es una narración que se caracteriza esencialmente, por la intervención de animales o de seres inanimados personificados, cuyas acciones tienen una finalidad moralizante o didáctica expresada en una moraleja.  Otras de sus características son la sencillez de su escritura y la brevedad.
 
 
La fábula nace de la necesidad imperiosa que siente el ser humano por expresar sus ideas mediante imágenes y símbolos.  El origen de la fábula se sitúa en el pueblo hindú, el cual desde sus comienzos ha estado en diálogo con el ensueño, en contacto con la quimera y cerca de los animales de la selva.
 
 
De la india pasó al Japón, después a Grecia donde se destacan Esopo y Fedro, luego llegó a Roma.  En la Edad Media, debido a las invasiones árabes, las fábulas hindúes se conocen en Occidente de un modo más auténtico, aunque adaptadas a los personajes y ambientes de los países que las acogen.
 
 
La evolución de la fábula se ha dividido en cuatro edades: Antigua (India y Grecia); Media (Roma y Occidente); Moderna (siglos XVII y XVIII) y Contemporánea.  La fábula ha existido desde hace muchos siglos y aún permanece viva.  En la actualidad, existen autores tan importantes, como Augusto Monterroso, que han dedicado su vida a cultivar la fábula, dándole toques contemporáneos y novedosos.





EL LABRADOR Y EL ÁRBOL

EL LABRADOR Y EL ÁRBOL


En el campo de un labriego había un árbol estéril que únicamente servía de refugio a los gorriones y a las cigarras ruidosas. El labrador, viendo su esterilidad, se dispuso a abatirlo y descargó contra él su hacha.

Suplicárosle los gorriones y las cigarras que no abatiera su asilo, para que en él pudieran cantar y agradarle a él mismo. Más sin hacerles caso, le asestó un segundo golpe, luego un tercero. Rajado el árbol, vio un panal de abejas y probó y gustó su miel, con lo que arrojó el hacha, honrando y cuidando desde entonces el árbol con gran esmero, como si fuera sagrado.
 
Mucha gente hay que hace un bien sólo si de él recoge beneficio, no por amor y respeto a lo que es justo. Haz el bien por el bien mismo, no porque de él vayas a sacar provecho